Il Clarin di Buenos Aires sul processo Podlech e la manifestazione del 19 maggio alla sala valdese.
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miércoles, 26 de mayo de 2010
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Sigue el juicio a Podlech en Roma: audiencia del 19 de mayo |
escrito por María Inés Bussi | |
martes, 25 de mayo de 2010 | |
El miércoles 19 de mayo, en Roma tuvo lugar la X audiencia “dibattimentale” –sesión con debate de abogados- del juicio criminal contra el ex fiscal militar de Cautín, Alfonso Podlech Michaud por el homicidio de Omar Venturelli Leonelli. El 21 de julio de 2009, la juez Romina Incutti declaró abierto el proceso y desde entonces los abogados de las dos acusaciones particulares: Fresia Cea viuda de la víctima y su hija, María Paz Venturelli Cea, han debido enfrentarse con los abogados de la defensa de Podlech.
Aunque Alfonso Podlech, además del asesinato de Omar Venturelli, es responsable por la muerte de más de doscientas personas, la justicia italiana se ocupa tan sólo del primero de dichos delitos porque la víctima tenía además de la chilena, la nacionalidad italiana. Desde que Podlech fuera detenido en el aeropuerto de Madrid y trasladado a la carcel de Rebibbia, en Roma por una orden de arresto internacional emanada desde Italia, sus abogados han tratado de liberarlo de la prisión preventiva pidiendo el arresto domiciliario. Tras varios intentos, esta solicitud llegó hasta la Corte de Cassazione (el tribunal supremo) quien la rechazó debido al peligro de fuga del acusado (74).
La orden de captura internacional hizo posible que el fiscal Capaldo y el juez Baltazar Garzón detuvieran a Alfonso Podlech en el aeropuerto de Madrid en julio de 2008 cuando Podlech suponía que ninguna justicia podría cobrarle sus fechorías. Ya en Roma, al momento de entrar al Palacio de Justizia en Piazzale Clodio, en el aula 28 del edificio B de la Corte de Assise, se encuentran en las posiciones centrales de la ancha mesa que preside la sala, la jueza Ana Argento en su calidad de presidenta y el juez Luciano Pugliesi, vicepresidente del tribunal. En los mullidos y altos sillones distribuídos en dos filas, han tomado lugar los restantes miembros del jurado popular. Poco después de las 10H00 pasa adelante y toma asiento, el testigo llegado desde Temuco, Victor Maturana Burgos, quien estuvo preso más de 10 años en la cárcel de esa ciudad y desde donde hace17 años preside el Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos, CINPRODH ( cinprodh@yahoo.es). Victor Maturana recuerda perfectamente haber estado con Omar Venturelli dentro de la cárcel y asegura haber oído y visto a la víctima cuando fue llamado para ser interrogado por última vez. El acusado Alfonso Podlech que ha esperado afuera de la sala, ingresa a las 10H15 precedido de dos policías. Esta vez su rol de prisionero ha cambiado respecto a las sesiones anteriores: toda una sorpresa verlo moverse en la sala con un impecable traje gris y una carpeta de papeles, ha llegado preparado para asesorar a su abogado y en vez de tomar lugar dentro de “la jaula”, un espacio de vidrio de pocos metros cuadrados, se sienta al lado del abogado Nicola Caricaterra, su defensor. La Presidenta de la Corte, Ana Argento, anuncia que las filmaciones están autorizadas, exceptuando la cara del acusado. El fiscal Giancarlo Capaldo representante acusador y el abogado Marcelo Gentili, de parte de María Paz Venturelli, hablarán pidiendo la palabra a la presidente Ana Argento sea para preguntar o para responder a las intervenciones del abogado de Podlech, Nicola Caricaterra Victor Hernán Maturana Burgos, nacido en Cautín en 1939, trabajaba y estudiaba en la Universidad de Temuco, aquel 11 de septiembre de 1973, cuando las Fuerzas Armadas dieron el golpe de Estado. El día 12 de septiembre su casa fue allanada por los militares y como no lo encontraron a él, se llevaron a un hermano suyo al Regimiento Tucapel. Los militares dejaron dicho que si no se presentaba en el Regimiento, al día siguiente su hermano sería fusilado. “Por ese motivo me presenté el día 13 de septiembre a mediodía. Apenas llegué, fui conducido a la Fiscalía Militar, donde tuve que esperar al Sr Alfonso Podlech para que conversara brevemente conmigo y sin tomarme ninguna declaración, procediera a firmar una orden para que me llevaran a la cárcel en incomunicación, comenzando un proceso acelerado de interrogatorios y torturas. El propio Podlech me tomaba las declaraciones, ejerciendo sus funciones en uniforme militar y con pistola al cinto”. La rutina consistía en ser llevado a la Fiscalía para que Alfonso Podlech tomara declaraciones y luego ser devuelto a una pequeña sala desde donde un vehículo lo devolvía a su celda… eso era un día de suerte, ya que si Podlech no quedaba contento, se era nuevamente llevado a la sala de torturas para ser interrogado en las materias que Podlech no había comprendido… y nuevamente se era llevado ante el propio Podlech para rectificar. Esto demuestra, según el testigo, la estrecha vinculación entre el trabajo del procurador, Alfonso Podlech y los torturadores. Las confesiones eran arrancadas bajo tortura y siempre con los ojos vendados. “Me hacían firmar mis declaraciones con la vista vendada”.Interviene entonces el abogado de Podlech, Nicola Caricaterra quien en su estrategia descalificadora de los testigos, alega que el testigo expone “una teoría”, no un testimonio. Victor Maturana añade: “Sucede que mis declaraciones sacadas bajo tortura fueron consideradas como declaraciones voluntarias”. El proceso suyo fue acelerado ya que “el 13 de septiembre fui arrestado y el 13 de octubre se constituyó el Primer Consejo de Guerra de Temuco, donde Alfonso Podlech pidió la pena de muerte para mí, acusándome de “traición a la patria” (acusación que nunca desmentí: ser militante del MIR) Durante el mes que me sacaban de la cárcel para llevarme al Regimiento vi a mucha gente que hoy resultan desaparecidos, tales como: Jaime Eltit, que estaba muy mal… me aseguró que nos iban a matar, no lo vi más, Jaime es un desaparecido; otro caso fue Wilson Retamal que es otro desaparecido en el Regimiento. También José Ortigoza que estaba entre los prisioneros políticos fue asesinado en el Regimiento. Una noche a las 23 horas entró su cuerpo acribillado a la morgue. A Omar Venturelli lo ví en los primeros días de octubre de 1973 en la cárcel de Temuco. Estábamos en el patio cuando se acercó un guardia para avisar que Omar se preparara para ir al interrogatorio. Eso lo oí y también ví cuando Omar Venturelli fue llevado al interrogatorio. Durante las dos horas de testimonio ante el aula romana, Maturana deja constancia de tener todavía cicatrices debido a las torturas y, a la pregunta de si Podlech pertenecía al movimiento para-militar, Patria y Libertad, respondió que eso era lo que se comentaba en Temuco. Respecto a la pregunta sobre la pertenencia de fundos a la familia Podlech, afirmó que sí tenían fundos en Curacautín, Lautaro, cerca de Temuco. Sabido es que en Chile los militares como Podlech no serán juzgados. Victor Maturana es uno de los 20 sobrevivientes que han logrado llegar para testimoniar lo sucedido, ya que muchos testigos no estan en condiciones de enfrentar el viaje y las condiciones que conlleva llegar hasta el Tribunal romano. La pena de muerte que para este testigo pidió Podlech en Temuco, le fue conmutada y transformada por la de extrañamiento por 20 años. En 1982 regresó para luchar por el derecho de vivir en su país y fue nuevamente apresado. El testimonio de Victor Maturana termina a las 12H07. Cuando él sale de la sesión, Podlech dice en voz alta que “Victor Maturana está convencido que fui yo el que pidió la pena de muerte para él. Por eso me tiene animadversión, pero yo jamás he estado en torturas, porque tenía que preocuparme del funcionamiento de los Consejos de Guerra para una adecuada defensa de las personas.”..y trata de explicar que cosa era el MIR, tratando de hacer un paralelo con las Brigadas Rojas italianas. Después d e un breve receso, toca el turno a Carlos López quien inmediatamente después del golpe militar del 11 de septiembre 1973, decide irse de Temuco y se traslada a Osorno a vivir con sus tíos. El 18 noviembre 1973 un operativo militar interviene en casa de sus tíos y “se llevan a toda la familia: su esposa, su hija de 5 años, mis tíos, mis primos de 8 y 14 años…” En la misma noche del allanamiento y dejando a sus tíos presos en Osorno, él y su mujer son trasladados hasta Temuco donde llegan pasada la medianoche del 19 noviembre. También en Temuco habían sido apresados su tío Juan Lopez y su primo Fernando Almendra, estudiante de la Universidad Católica. Apenas fue llevado ante el jefe de investigaciones, sus guardianes preguntaron si le pegaban de una vez en esa noche inolvidable durante la cual permaneció esposado hasta que a las 10H00 fue llevado a la sala de torturas: electricidad en órganos genitales, oídos, brazos y piernas; torturado en las mañanas y en las noches, sabiendo además que estaban detenidos su esposa, su tío y sintiendo voces infantiles que le hacían pensar que su pequeña hija estaba dentro de la cárcel. En la tortura preguntaban por nombres de pobladores con los cuales había trabajado. “Durante 3-4 días de torturas no me dieron agua ni comida, ni me dejaban dormir preguntando cual era mi nombre y por qué yo estaba ahí” “Al cuarto día me llevaron al Regimiento Tucapel donde pude estar en una celda con otros presos. A la mañana siguiente fui llevado a la sala de torturas, donde me preguntaban si era del MIR. En noviembre estuve incomunicado varios días hasta que finalmente me dejaron en libre plática con otros presos. Ahí me enteré que habían varios presos políticos condenados por el Consejo de Guerra”. A través de los otros presos se entera de que Alfonso Podlech forma parte de las sesiones de tortura. Querían obtener información sobre el movimiento de campesinos de origen mapuche que a fines de agosto 1973 fueron acusados de ser guerrilleros y cruelmente torturados. Carlos López llegó a la cárcel despues de la desaparición de Omar Venturelli 4/10/1973) Carlos conoció a Omar por intermedio de su primo Fernando Almendra, que estudiaba en la Universidad Católica de Temuco, y que a fines de septiembre fue torturado en ese mismo período. “Personalmente no conocí a Omar, pero sabía que era un hombre comprometido con las luchas campesinas y con los mapuches”. Fue a través de mi primo por quien me enteré que el Regimiento Tucapel era un verdadero infierno. En su interior funcionaba la Fiscalía Militar del Ejército y el Fiscal Militar era el Mayor Alfonso Podlech. En este Regimiento se torturó y de aquí emanaban las órdenes para detener. Podíamos ser detenidos en cualquier ciudad o región del país (yo caí en Osorno, otros compañeros míos cayeron en Santiago), pero todos al final pasamos por las salas de tortura del Regimiento Tucapel de Temuco…” El testimonio añade: “Yo ví dos veces a Podlech: la primera vez en el Regimiento, durante el Consejo de Guerra de marzo 1974. Ahí él pidió mi condena a 9 años de cárcel, que el Consejo de Guerra ratificó. La acusación era de pertenecer al Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) que yo no reconocí porque de haberlo hecho, sabía que me habrían eliminado. Mi primo se salvó gracias a que ninguno de los campesinos lo reconoció. La segunda vez que Carlos Lopez vió a Podlech fue después de haber sido condenado por un Consejo de Guerra, en mayo-junio 1974. “Podlech vino a la cárcel en uniforme y nos dijo que teníamos que portarnos bien. Cualquier cosa que hicieran los compañeros afuera, se nos trasladaría a la Isla Dawson, en Tierra del Fuego, en el sur del país, donde estaban en condiciones muy severas los ministros del Presidente Allende”. Abogado Gentili: “Puede decir algo sobre el Movimiento Patria y Libertad y el Movimiento de Campesinos?” Abogado Caricaterra: “Ni que fuera un historiador…” Sin inmutarse, Carlos López sintetiza: “el Movimiento Patria y Libertad era un movimiento fascista y terrorista, creado en Santiago, pocos días después del triunfo del Presidente Allende (4 septiembre 1970). El jefe era Pablo Rodríguez Grez.” Para sintetizar, “…una semana antes que el Presidente Allende asumiera de manera oficial (octubre 1973), un comando de Patria y Libertad asesinó al General René Schneider, Comandante en jefe del Ejército, pensando en crear las condiciones para un golpe de estado. Patria y Libertad apenas creada apareció en la zona de Cautín en apoyo a los terratenientes que se oponían con armas a la intensificación de la Reforma Agraria”. Carlos Lopez, aclara que “la segunda ciudad de Patria y Libertad era Temuco, en la provincia de Cautín. Los hermanos Podlech tenían fundos y sus aliados participaban en la resistencia armada contra la Reforma Agraria y en la re-tomas de los fundos ocupados por los campesinos. Desde el 29 de junio de 1973, segundo intento de golpe fallido, el movimiento Patria y Libertad es declarado ilegal y su dirección entró en la clandestinidad. Sus militantes dormían en los regimientos donde tenían relaciones privilegiadas, como en Temuco desde donde a sólo dos días del golpe, Pablo Rodríguez habló y arengó por radio a la insurrección. El jefe máximo de Patria y Libertad había entrado a Temuco en un helicóptero del Grupo Manquehue de la FACH (Fuerza Aerea Chilena) procedente de Argentina. Carlos Lopez afirma que Podlech formaba parte de Patria y Libertad. Alfonso Podlech poseía un fundo y dos de sus hermanos también eran terratenientes. Patria y Libertad era un aliado muy fuerte de los propietarios de tierras en la zona porque justamente en Cautín se daba la mayor movilización pro ley Reforma Agraria y donde se expropiaban más fundos y latifundios, ya que es una región eminentemente agrícola. Con el fin detener el proceso de Reforma Agraria y las ocupaciones de fundos por los campesinos (muchos de ellos de origen mapuche), los terratenientes reprimían a través de grupos armados, en ellos participaban Alfonso Podlech y su familia, defendiendo sus intereses económicos y de clase contra la Reforma Agraria que en el gobierno del Presidente Allende estaba cambiando la propiedad de la tierra. Omar Venturelli, en cambio, promovía la Reforma Agraria y estaba entre los líderes campesinos de la misma región donde Alfonso Podlech tenía sus propiedades y sus aliados de Patria y Libertad, dispuestos a eliminar a los dirigentes que promovieran la toma de fundos y la ocupación de tierras. Carlos Lopez recuerda que “los cuarteles de Investigaciones, Carabineros, Fuerza Aérea de Manquehue en Temuco eran “los pequeños infiernos” donde éramos torturados; la cárcel de Temuco era el purgatorio, donde sufrimos mucha tortura psicológica, pero el centro de la represión, “el gran infierno”con salas de tortura, donde se mataba y se hacía desaparecer era el Regimiento de Temuco, donde los comandantes represivos eran Podlech y el Capitán Ubilla”. Oficialmente, Podlech no era el jefe de la cárcel, pero era el cabecilla junto a Capitán Nelson Ubilla (del Servicio de Inteligencia Militar). Carlos Perez aclara que ambos eran los jefes máximos de la represión y Podlech tenía un poder muy grande para hacer y deshacer, para condenar o “perdonar” a quien le convenía (como fue el caso del pediatra de su hijo). Podlech llegaba a la carcel en cualquier momento y mandaba a buscar los presos para ser llevados a las salas de tortura del Regimiento Tucapel. Se sentía un Dios que decidía la vida o la muerte de los presos políticos, su poder no tenía límites. Carlos Perez estuvo preso dos años y cuatro meses (18 noviembre de 1973 al 16 marzo de 1976). A las 14H07 se cierra la sesión decidiendo los jueces reunirse el próximo 18 de junio 2010. En esta sesión estuvo ausente Fresia Cea viuda de Venturelli y su abogado, Giancarlo Maniga. Dos horas después de la sesión, en la gran sala de la Iglesia Valdese de Piazza Cavour, tuvo lugar una conferencia pública para recordar a Omar Venturelli que en su condición de italiano y chileno, ha posibilitado a través de los testimonios, conocer la desaparición de muchas otras personas en Temuco, que como él forman parte de los 3.000 desaparecidos chilenos eliminados por la DINA, la policía secreta de Pinochet y por efectivos de las Fuerzas Armadas. Recordemos también que el director de la Policía Secreta chilena, General Manuel Contreras Sepúlveda, fue el creador del Plan Cóndor que coordinaron las policías secretas y las Fuerzas Armadas del Cono Sur: chilenas, argentinas, paraguayas, brasileras y uruguayas para crear una organización de exterminio de personas opuestas a las dictaduras militares en esos países. A la conferencia Desaparecidos en America Latina: una herida aún abierta, Fresia viuda de Venturelli no pudo asistir debido a un momento de gravedad del cáncer que padece, pero su hija Paz Venturelli, el abogado Gentili, periodistas y representantes políticos recordaron que Omar tenía 33 años cuando fue detenido y desaparecido de la cárcel de Temuco, cuando imperaban las órdenes militares del fiscal Alfonso Podlech. Omar Venturelli era hijo de una familia emigrada de Modena, había sido sacerdote y fue suspendido “a divinis” por su posición al lado de los campesinos mapuches y obreros . Fue docente de pedagogía en la Universidad Católica de Temuco y militante en el movimiento “Cristianos por el socialismo”. La conferencia recordó a Omar Venturelli, a los muchos desaparecidos chilenos y latinoamericanos que no pueden ser olvidados. María Inés Bussi Roma, 19 Mayo, 2010 |