Informazioni che faticano a trovare spazio

Brucia il Maghreb, rivolte di giovani dalla Tunisia all’Algeria

I giovani del Maghreb si rivoltano. Dopo la Tunisia l’Algeria, con Orano in testa. La scintilla, i rincari di  vari generi di consumo. La disoccupazione fa il resto. Arrestati ad Algeri il blogger Hamadi Kalouicha e il rapper “El General” . (la foto di giovani ad Algeri ieri). Da El Pais del 6.1.2011:

ELPAIS.com Internacional

Las protestas de Túnez se extienden a una decena de ciudades

de Argelia

Los disturbios se extienden en el Magreb tras los enfrentamientos registrados en Túnez

IGNACIO CEMBRERO – Madrid – 06/01/2011

Las protestas en Túnez se extienden a la vecina Argelia, el país más poblado y rico del Magreb. En la capital, en una decena de ciudades, entre ellas Boumerdes, y, sobre todo, en Orán, la segunda aglomeración urbana del país, cientos de jóvenes se enfrentaron muy violentamente a las fuerzas del orden a lo largo de la tarde del miércoles y, a veces, hasta la madrugada de ayer jueves.

El origen de la protesta no es tan preciso como lo fue en Túnez, pero sí es igual de espontáneo. Los primeros brotes de descontento surgieron el martes en Argelia ero fue al día siguiente cuando los jóvenes, a veces encapuchados y provistos de palos o de barras de hierro, se apoderaron del centro de Orán y de al menos cuatro barrios de Argel, incluido el céntrico de Bab el Oued.

Se echaron a la calle para denunciar la subida de los precios de algunos productos básicos, como el aceite y el azúcar, destrozaron el mobiliario urbano, y apedrearon y lanzaron cocteles “molotov” contra edificios públicos, empezando por alguna comisaría como la de Bab el Oued. “El Estado seguirá subvencionando los productos de primera necesidad”, se apresuró en declarar el ministro de Comercio, Mustafá Benbada, en un intento de acabar con la revuelta.

En Argelia la rebelión es más juvenil, menos masiva, y más violenta que en Túnez. Más allá de sus desencadenantes puntuales en ambos casos pone de relieve la desesperación de una juventud mayoritariamente en paro, que se considera sin futuro y oprimida por regímenes autoritarios aunque de distinto signo económico, liberal en Túnez y con reminiscencias socialistas en Argelia.

En Túnez la revuelta, que empezó hace tres semanas con la inmolación de un joven de 26 años cuyo carrito de vendedor ambulante fue volcado por la policía, continuó ayer con una huelga convocada por los colegios de abogados y que fue seguida por el 95% de los 8.000 letrados del país, según su decano Abderrazak Kilani. Cientos de ellos se concentraron en el vestíbulo del Palacio de Justicia de la capital bajo la atenta mirada de los antidisturbios que no intervinieron.

La policía sí actuó, en cambio, para apresar ayer de madrugada a uno de los más célebres blogueros, Hamadi Kalouicha, y a “El General”, un rapero que compuso una canción cuya letra reza “Presidente, tu pueblo está muerto”, según la web alternativa Nawaat.org. Decenas de personas menos conocidas han sido también detenidas en todo el país.

Pese a la represión policial, algunas de las figuras tradicionales de la oposición al régimen, a las que la revuelta pilló por sorpresa, están convencidas de que las protestas seguirán. Continuarán porque más allá de los “métodos bárbaros” de las fuerzas del orden “no ha habido respuesta del poder a las legítimas reivindicaciones de la población”, declaró a la televisión “France 24” la abogada Radhia Nasraoui, presidenta de la ilegal Asociación de Lucha contra la Tortura.

Sihem Bensedrine, portavoz del ilegal Consejo Nacional de las Libertades y exiliada en Barcelona, se atreve incluso a vaticinar, en conversación con este corresponsal, que “estamos ante el fin del régimen del presidente Ben Ali”. ¿Por qué? “Nunca en la historia contemporánea de Túnez un jefe de Estado ha sido tratado así por ciudadanos de a pie que por tradición y por miedo respetaban hasta ahora las instituciones”, responde.

“Los eslóganes coreados masivamente en la calle demuestran el desprecio que inspira el régimen », prosigue Bensedrine. Las consignas más repetidas por los manifestantes son, según ella, “¡Ben Ali, cobarde!”, “¡Ladrones, devolved el dinero al pueblo!”, “¡Fuera los ladrones de Cartago!”, la sede del palacio presidencial que Ben Ali ocupa desde hace 23 años.

Abdelatif Bensalem, un intelectual hispanófono exiliado en París, se lamenta, no obstante, que el régimen de su país cuente aún con el apoyo de Francia, Italia y España así como con el de EE UU, países a los que ha logrado convencer de que es un baluarte contra el islam radical. Ningún gobierno europeo ha condenado la actuación de la policía tunecina cuyos disparos causaron la muerte en Nochebuena de dos manifestantes en Mezel Bouzayane.

El secretario de Estado español para la UE, Diego López Garrido, hizo grandes esfuerzos durante la presidencia española para otorgar a Túnez el llamado “estatuto avanzado” del que goza Marruecos desde 2008 y que le convierte en socio privilegiado de Europa, pero no logró rematar la negociación.

IFEX, una ONG canadiense que apoya a la oposición tunecina, intentó celebrar en noviembre, en Madrid, una reunión de disidentes de dentro y de fuera del país, pero no pudo hacerlo porque el Consulado de España en Túnez no concedió visados a dos destacados adversarios de Ben Ali, según los organizadores.

Il precedente tunisino. Tutti è iniziato con un giovane informatico in disoccupazione che si è dato fuoco dopo un intervento poliziesco perché per arrangiarsi vendeva frutta e verdura con un carretto senza averne la licenza. Il suo gesto ha innescato la protesta dei giovani tunisini, con iniziative anche sul web che hanno creato grossi problemi al governo. Ecco l’articolo del Pais del giorno prima:

Los ciberataques colapsan todas las webs del régimen tunecino

Las protestas contra la dictadura provocan la mayor crisis en Túnez en 23 años.- La inmolación de un vendedor ambulante desató la revuelta

IGNACIO CEMBRERO – Madrid – 05/01/2011

La autoinmolación de un joven (foto in basso) hace algo más de dos semanas en una pequeña ciudad de Túnez ha incendiado al país del norte de África supuestamente más estable y el más mimado por la Unión Europea después de Marruecos. Túnez vive su mayor crisis desde que hace 23 años Ben Alí accedió a la jefatura del Estado. Es además el primer país del mundo cuyas webs oficiales han quedado inoperativas después de un masivo ataque de los hackers de Anonymous.

Todo empezó el 17 de diciembre cuando la policía volcó en la pequeña ciudad de Sidi Bouzid el carrito repleto de frutas y hortalizas de Mohamed Bouazizi, un licenciado en informática de 26 años en paro desde que acabó la carrera. Aunque es el país del pequeño Magreb con la renta per cápita más alta, en Túnez hay más de medio millón de parados, sobre un total de 10 millones de habitantes, muchos de ellos jóvenes diplomados.

Bouazizi se había convertido en vendedor ambulante para proporcionar unos ingresos a su familia, pero los agentes le castigaron porque carecía de la preceptiva licencia para dedicarse a ello. Desesperado, se inmoló ante la sede del Gobierno Civil -ha fallecido este miércoles en un hospital- y su gesto provocó una onda expansiva. Las protestas se desataron en gran parte del país, primero en pequeñas ciudades y después en la capital, donde miles de personas se concentraron ante la sede del sindicato único, la UGTT, que da la espalda a los manifestantes.

En la pequeña localidad de Mezel Bouzayane dos manifestantes heridos de bala el 24 de diciembre también fallecieron días después y a continuación otro joven se suicidó lanzándose contra unos cables de alta tensión al tiempo que gritaba contra el paro y la carestía de la vida. En total ha habido hasta ahora cuatro muertos, decenas de heridos, probablemente más de 100 detenidos y cuantiosos daños materiales en edificios públicos.

“El paro es la chispa”

“El paro es la chispa que ha provocado esta revuelta”, explica en su blog Lina Ben Mhenni, de 27 años, “pero los manifestantes critican también al poder”. “Los tunecinos están hartos de los 23 años de dictadura, corrupción y de la falta de libertad de expresión”, añade. Las consignas coreadas espontáneamente empezaron por denunciar las injusticias sociales, pero se ampliaron rápidamente para abarcar a la corrupción de la familia presidencial sobre la que los cables del Departamento de Estado revelados por WikiLeaks aportan jugosos detalles.

En el entierro de Bouazizi unas 5.000 personas gritaban este miércoles en Sidi Bouzid “¡Vergüenza para el Gobierno!”, al tiempo que prometían vengarse: “Hoy te lloramos, pero mañana haremos llorar a los que te han empujado el suicidio”. Numerosos internautas y el Colegio de Abogados han convocado una huelga general para este jueves.

El presidente Ben Alí ha reaccionado mezclando gestos de compasión, promesas y amenazas. Visitó a Bouazazi en el hospital del Ben Arous en el que estuvo ingresado, anunció en televisión que dedicará en los próximos años 3.495 millones de euros a luchar contra el paro juvenil, destituyó a los ministros de Comunicación y Comercio, pero también arremetió contra las “instrumentalizaciones políticas” de las protestas.

Atacó además a Al Yazira, la televisión panárabe vía satélite, que se ha convertido en la principal fuente audiovisual de información de los tunecinos -los medios públicos ignoran la revuelta-, aunque es en Internet donde se libra buena parte de la batalla entre el régimen y sus detractores. Túnez es el país del área con mayor penetración de Internet, pero también donde la Red está más controlada.

Arde Internet

Los internautas tunecinos se las ingenian para sortear los controles y difundir vídeos de las manifestaciones o convocar el lunes en Thala, a través de Facebook, una huelga de estudiantes de bachillerato. Pidieron ayuda a Anonymous, los hackers que la emprendieron con las empresas e instituciones que perjudicaron a Julian Assange, y estos han respondido. “El pueblo de Túnez nos ha solicitado ayuda y se la hemos dado”, asegura el colectivo de hackers. “Quién se habría imaginado la primera ciberguerra (entre un pueblo y su régimen) tendría lugar en Túnez”, se pregunta la bloguera tunecina Sarah Ben Hamadi.

A principios de semana el conjunto de las webs de la presidencia, del Gobierno y de las instituciones públicas del país habían dejado de funcionar a causa de la ofensiva de Anonymous, aunque el portal tunecino Tunisie Numérique precisaba que algunas de esas páginas habían sido cerradas por sus gestores para evitar males mayores en caso de ataque de los piratas.

Anonymous colgó un texto en las webs atacadas en el que denuncia la “censura insultante” impuesta por Ben Alí en Internet. También criticaba a “la prensa libre y abierta” del mundo occidental cuya responsabilidad consiste “en dar cuenta de lo que los medios de comunicación tunecinos, sometidos a la censura, no pueden relatar”.

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